Solemos vivir nuestro día a día sin prestar atención al conjunto de ideas que sustentamos. Quizá se deba a que las hemos adoptado a lo largo de nuestra experiencia vital. Una de ellas, por ejemplo, establece que, por el solo hecho de ser personas individuales, tenemos derechos que no nos han sido otorgados por nadie y, por lo tanto, nadie puede tampoco despojarnos de ellos. En el transcurso de la historia occidental, algunas de las mentes más inquisitivas y mejor dotadas se han adentrado en estas ideas. En vista de que las mismas delinean el marco intelectual en el que nos desenvolvemos hoy, tenemos la obligación de estudiarlas como ciudadanos del siglo XXI. Porque estamos en deuda con Aristóteles, Marco Tulio Cicerón, San Agustín, Nicolás Maquiavelo, Thomas Hobbes, René Descartes, John Locke y Alexis de Tocqueville, por mencionar sólo algunos. Independientemente de si abordamos su obra en actitud laudatoria o crítica, los mencionados, y otros como ellos, han configurado el pensamiento político de Occidente –nuestra patria cultural–, y por eso podemos afirmar que, de una u otra manera, vivimos bajo su influencia. Así lo entendió el Lic. Jesús Amurrio cuando elaboró esta compilación, cuya reedición la Universidad Francisco Marroquín se complace en presentar.